Un anciano de 90 años llega al médico para su chequeo de rutina.
El doctor le pregunta: ¿Cómo se siente?
Nunca estuve mejor - le responde.- Mi novia tiene 18 años. Ahora está embarazada y vamos a tener un hijo.
El doctor se queda pensando por un momento y dice: Permítame contarle una historia:
Un cazador que nunca se perdía la temporada de caza, salió un día tan apurado de su hogar, que se confundió, tomando el paraguas en vez del rifle. Cuando llegó al bosque, se le apareció un gran oso.
El cazador levantó el paraguas, le apuntó al oso y disparó.
¿A que no sabe qué pasó?
No sé - responde el anciano.
Pues, el oso cayó muerto frente a él concluye el doctor.
¡Imposible!, - exclama el anciano; alguien más debe haber disparado...
A ese punto es donde quería llegar.
El doctor le pregunta: ¿Cómo se siente?
Nunca estuve mejor - le responde.- Mi novia tiene 18 años. Ahora está embarazada y vamos a tener un hijo.
El doctor se queda pensando por un momento y dice: Permítame contarle una historia:
Un cazador que nunca se perdía la temporada de caza, salió un día tan apurado de su hogar, que se confundió, tomando el paraguas en vez del rifle. Cuando llegó al bosque, se le apareció un gran oso.
El cazador levantó el paraguas, le apuntó al oso y disparó.
¿A que no sabe qué pasó?
No sé - responde el anciano.
Pues, el oso cayó muerto frente a él concluye el doctor.
¡Imposible!, - exclama el anciano; alguien más debe haber disparado...
A ese punto es donde quería llegar.