Nadar es parecido a volar, dicen muchos de los que practican o han practicado este deporte. Sucede que mientras se encuentra sumergido en el agua, el peso de nuestro cuerpo se reduce notablemente. Esto favorece claramente la actividad del sistema cardiorrespiratorio y muscular.
Al lograr que el cuerpo adquiera mayor movilidad y elasticidad dentro del agua, la natación se convierte en un deporte altamente indicado para las personas que sufren obesidad, problemas de columna, o necesitan realizar rehabilitación cardiaca y motriz.
Asimismo, sirve para descargar energías y como actividad descontracturante. La estimulación de todos los músculos corporales que tiene cabida durante el nado constituye también un tratamiento de carácter preventivo para nuestro cuerpo.
La natación reduce el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares, estimulando la circulación sanguínea y ayudando a mantener una presión arterial estable. Por otra parte, genera una mayor resistencia cardiopulmonar.
Pero los beneficios no terminan aquí: la práctica del nado fortalece además los tejidos articulares, previniendo posibles lesiones, y provoca la eliminación de distintas secreciones bronquiales.
Para aquellas personas afectadas por diferentes enfermedades de carácter muscular y óseo, la práctica de la natación, teniendo en cuenta el acondicionamiento apropiado de las temperaturas del agua y del ambiente, permite obtener un mayor bienestar corporal y una mejor calidad de vida.
Al igual que en otros deportes, en la natación es necesario tener en cuenta algunas precauciones, como por ejemplo la diferenciación de las temperaturas del agua según la edad del paciente, ya que son convenientes diferentes graduaciones en niños, adultos o personas mayores.
Es imprescindible considerar además los datos de presión sanguínea y temperatura del ambiente, para poder disfrutar así plenamente del deporte, obteniendo los fantásticos beneficios que la natación tiene para ofrecernos.
Pablo Javier Piacente
Artículos publicados
Al lograr que el cuerpo adquiera mayor movilidad y elasticidad dentro del agua, la natación se convierte en un deporte altamente indicado para las personas que sufren obesidad, problemas de columna, o necesitan realizar rehabilitación cardiaca y motriz.
Asimismo, sirve para descargar energías y como actividad descontracturante. La estimulación de todos los músculos corporales que tiene cabida durante el nado constituye también un tratamiento de carácter preventivo para nuestro cuerpo.
La natación reduce el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares, estimulando la circulación sanguínea y ayudando a mantener una presión arterial estable. Por otra parte, genera una mayor resistencia cardiopulmonar.
Pero los beneficios no terminan aquí: la práctica del nado fortalece además los tejidos articulares, previniendo posibles lesiones, y provoca la eliminación de distintas secreciones bronquiales.
Para aquellas personas afectadas por diferentes enfermedades de carácter muscular y óseo, la práctica de la natación, teniendo en cuenta el acondicionamiento apropiado de las temperaturas del agua y del ambiente, permite obtener un mayor bienestar corporal y una mejor calidad de vida.
Al igual que en otros deportes, en la natación es necesario tener en cuenta algunas precauciones, como por ejemplo la diferenciación de las temperaturas del agua según la edad del paciente, ya que son convenientes diferentes graduaciones en niños, adultos o personas mayores.
Es imprescindible considerar además los datos de presión sanguínea y temperatura del ambiente, para poder disfrutar así plenamente del deporte, obteniendo los fantásticos beneficios que la natación tiene para ofrecernos.
Pablo Javier Piacente
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