Será una buena o mala noticia? La histeria femenina no es
tan mala como podrían asegurarlos siento o miles de hombres que justifican sus
desencuentros con las damas acusándolas de “histéricas.
La histeria puede ser positiva y necesaria. Esta acompaña al
hombre y la mujer desde los inicios de los tiempos y no es tan mala, como dicen
los resentidos, por q se trata de un ingrediente indispensable en la fórmula de
la pasión.
En esta época de cibernética global, con nuevos dioses
tecnológicos, virtuales , pero también carnales, la histeria avanza con fuerza
arrolladora y nadie parece preocuparse, ni siquiera preguntarse demasiado, por
la creciente ola de histéricos/as que sumerge al planeta en una vorágine de
contradicciones, engaños, imágenes sexuadas hasta la exasperación, cuerpos
enmascarados, disfrazados,(desnudos o vestidos) que hablan y envían mensajes de
seducción constante, ahora a través del espacio: televisión, chateo, mensajes
telefónicos, y voces inalámbricas.
Un lenguaje que dice todo el tiempo; te muestro, pero te
oculto, te seduzco con la mirada, la boca, la voz, te ofrezco movimientos
sensuales de un cuerpo que se acerca y se aleja, en un marco de luz y opacidad.
¿Quién no se lo temía? La libertad sexual que proclama la
época no es más que puro histeriqueo. Llegó la hora, entonces de romper una
lanza a favor de tantas damas esquivas.
No es que sean histéricas. Son modernas.
Sobre el libro “Historia Universal de la Histeria. De Malele
Penchansky.
www.adncultura.com.
tan mala como podrían asegurarlos siento o miles de hombres que justifican sus
desencuentros con las damas acusándolas de “histéricas.
La histeria puede ser positiva y necesaria. Esta acompaña al
hombre y la mujer desde los inicios de los tiempos y no es tan mala, como dicen
los resentidos, por q se trata de un ingrediente indispensable en la fórmula de
la pasión.
En esta época de cibernética global, con nuevos dioses
tecnológicos, virtuales , pero también carnales, la histeria avanza con fuerza
arrolladora y nadie parece preocuparse, ni siquiera preguntarse demasiado, por
la creciente ola de histéricos/as que sumerge al planeta en una vorágine de
contradicciones, engaños, imágenes sexuadas hasta la exasperación, cuerpos
enmascarados, disfrazados,(desnudos o vestidos) que hablan y envían mensajes de
seducción constante, ahora a través del espacio: televisión, chateo, mensajes
telefónicos, y voces inalámbricas.
Un lenguaje que dice todo el tiempo; te muestro, pero te
oculto, te seduzco con la mirada, la boca, la voz, te ofrezco movimientos
sensuales de un cuerpo que se acerca y se aleja, en un marco de luz y opacidad.
¿Quién no se lo temía? La libertad sexual que proclama la
época no es más que puro histeriqueo. Llegó la hora, entonces de romper una
lanza a favor de tantas damas esquivas.
No es que sean histéricas. Son modernas.
Sobre el libro “Historia Universal de la Histeria. De Malele
Penchansky.
www.adncultura.com.