Hola amigas queridas que tengan un super dia ya que lo son todos pero hay uno especial desde mi corazoncito les ofresco este humilde regalo para todas ...
Para ti, mujer trabajadora
(Letra y música: Julio César Pavanetti Gutiérrez)
Para ti, mujer abnegada, mujer trabajadora
Para ti mujer, va hoy esta flor y mi canción
Para ti, dulce, tenaz y sacrificada luchadora
Para ti, todo mi respeto y toda mi admiración
Los diarios nos mencionan a mujeres famosas
Nombres grabados a fuego y oro en la historia
Cantan loas a sus logros, a sus grandes cosas
Nos hablan de sus virtudes y de sus memorias
Pero yo quiero cantarte a ti, silenciosa luchadora
Que te levantas la primera, al atisbar los rayos del sol
Mujer de mil nombres, de mil caras, de mil horas
Compañera en la lucha y con tiempo aun para el amor
A ti, que día tras día vas al hospital, a la oficina
Al campo, a la fábrica, a la calle, al mundo a remar
A ti, que aunque llegas a casa extenuada, rendida
Todavía guardas una sonrisa y reservas para amar
Me viene este canto de lo más profundo de la vida
Acumulado estaba el homenaje a tan maravilloso ser
Muchos versos había escrito, pero a ti te lo debía
Madre, hermana, esposa, hija, compañera... mujer.
Alza tu canto mujer
(Letra y música: Adelina Villanueva)
Con una herida de siglos
que no sutura el país,
la mujer de nuestro días,
asume hijos recientes
su vocación de vencer.
En barricadas de canto
vengo a nombrarte y decirte,
yo te acompaño en la lucha
donde nace tu deseo
de vencer o de morir.
Para ti, mujer trabajadora
(Letra y música: Julio César Pavanetti Gutiérrez)
Para ti, mujer abnegada, mujer trabajadora
Para ti mujer, va hoy esta flor y mi canción
Para ti, dulce, tenaz y sacrificada luchadora
Para ti, todo mi respeto y toda mi admiración
Los diarios nos mencionan a mujeres famosas
Nombres grabados a fuego y oro en la historia
Cantan loas a sus logros, a sus grandes cosas
Nos hablan de sus virtudes y de sus memorias
Pero yo quiero cantarte a ti, silenciosa luchadora
Que te levantas la primera, al atisbar los rayos del sol
Mujer de mil nombres, de mil caras, de mil horas
Compañera en la lucha y con tiempo aun para el amor
A ti, que día tras día vas al hospital, a la oficina
Al campo, a la fábrica, a la calle, al mundo a remar
A ti, que aunque llegas a casa extenuada, rendida
Todavía guardas una sonrisa y reservas para amar
Me viene este canto de lo más profundo de la vida
Acumulado estaba el homenaje a tan maravilloso ser
Muchos versos había escrito, pero a ti te lo debía
Madre, hermana, esposa, hija, compañera... mujer.
Alza tu canto mujer
(Letra y música: Adelina Villanueva)
Con una herida de siglos
que no sutura el país,
la mujer de nuestro días,
asume hijos recientes
su vocación de vencer.
En barricadas de canto
vengo a nombrarte y decirte,
yo te acompaño en la lucha
donde nace tu deseo
de vencer o de morir.
Toma la mano que tiendo,
alza tu canto conmigo,
vamos a buscar vigencia
junto al hombre y a tus hijos,
hermana de mi país.
alza tu canto conmigo,
vamos a buscar vigencia
junto al hombre y a tus hijos,
hermana de mi país.
Vamos a invadir ciudades
sin gritos y sin fusil,
en laboriosas jornadas
donde los soles no expiren
y exista al anochecer.
De dondequiera que vengas
cualquiera sea tu piel,
unite al canto que canto
buscando la libertad
que te prometen, mujer
Para ustedes mis amigas que son el apoyo diario a mi vida
El árbol de los amigos
El árbol de los amigos Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices
por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino.
Algunas recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar,
mas otras apenas vemos entre un paso y otro.
A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos.
Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos.
El primero que nace del brote es nuestro amigo papá y nuestra amiga mamá,
que nos muestra lo que es la vida.
Después vienen los amigos hermanos,
con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros.
Pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien.
Mas el destino nos presenta a otros amigos,
los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino.
A muchos de ellos los denominamos amigos del alma, de corazón.
Son sinceros, son verdaderos.
Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz.
Y a veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón
y entonces es llamado un amigo enamorado.
Ese da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos a nuestros pies.
Mas también hay de aquellos amigos por un tiempo,
tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas.
Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro,
durante el tiempo que estamos cerca.
Hablando de cerca, no podemos olvidar a amigos distantes,
aquellos que están en la punta de las ramas
y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre una hoja y otra.
El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas,
algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones.
Pero lo que nos deja más felices es que las que cayeron continúan cerca,
alimentando nuestra raíz con alegría.
Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino.
Te deseo, hoja de mi árbol, paz, amor, salud, suerte y prosperidad.
Simplemente porque cada persona que pasa en nuestra vida es única.
Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros.
Habrá los que se llevarán mucho,
pero no habrán de los que no nos dejarán nada.
Esta es la mayor responsabilidad de nuestra vida
y la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por casualidad.
Gounod - Ave Maria - Andrea Bocelli
sin gritos y sin fusil,
en laboriosas jornadas
donde los soles no expiren
y exista al anochecer.
De dondequiera que vengas
cualquiera sea tu piel,
unite al canto que canto
buscando la libertad
que te prometen, mujer
Para ustedes mis amigas que son el apoyo diario a mi vida
El árbol de los amigos
El árbol de los amigos Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices
por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino.
Algunas recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar,
mas otras apenas vemos entre un paso y otro.
A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos.
Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos.
El primero que nace del brote es nuestro amigo papá y nuestra amiga mamá,
que nos muestra lo que es la vida.
Después vienen los amigos hermanos,
con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros.
Pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien.
Mas el destino nos presenta a otros amigos,
los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino.
A muchos de ellos los denominamos amigos del alma, de corazón.
Son sinceros, son verdaderos.
Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz.
Y a veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón
y entonces es llamado un amigo enamorado.
Ese da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos a nuestros pies.
Mas también hay de aquellos amigos por un tiempo,
tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas.
Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro,
durante el tiempo que estamos cerca.
Hablando de cerca, no podemos olvidar a amigos distantes,
aquellos que están en la punta de las ramas
y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre una hoja y otra.
El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas,
algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones.
Pero lo que nos deja más felices es que las que cayeron continúan cerca,
alimentando nuestra raíz con alegría.
Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino.
Te deseo, hoja de mi árbol, paz, amor, salud, suerte y prosperidad.
Simplemente porque cada persona que pasa en nuestra vida es única.
Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros.
Habrá los que se llevarán mucho,
pero no habrán de los que no nos dejarán nada.
Esta es la mayor responsabilidad de nuestra vida
y la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por casualidad.
Gounod - Ave Maria - Andrea Bocelli