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Estos son los nombres de cinco mujeres que con dignidad expresaron sus sentimientos en contra del asesinato masivo que venia protagonizando el Ejercito Argentino en la Patagonia.
Consuelo García, Ángela Fortunato, Amalia Rodríguez, María Juliache y Maud Foster arriesgaron sus vidas y en la mas absoluta soledad, enfrentaron a los soldados asesinos de obreros en la Patagonia.
1922. Presidencia de Hipólito Yrigoyen. Pelotones del ejército argentino al mando del teniente coronel Varela, recorrían la Patagonia cazando huelguistas por orden del gobierno nacional y para satisfacción de los terratenientes británicos y argentinos. Los soldados habían demostrado ser "fuertes, duros y machos" fusilando sin asco a indefensos obreros gallegos, chilenos, polacos, rusos, alemanes, argentinos por la osadía de pedir una cama limpia para pasar la noche, un paquete de velas, y jornada de descanso.
Cumplida la carnicería, el "paternal" Teniente Coronel Varela consideró pertinente, para solaz y esparcimiento de sus subordinados, enviarlos de visita a los prostíbulos de la zona. Paulina Rovira, encargada de la casa de tolerancia "La Catalana" en San Julián, recibe el aviso. Pero, las cinco pupilas del establecimiento se le rebelan. Llegada la tropa, las mujeres esgrimen palos y escobas y al grito de: "¡Asesinos. Cabrones. No nos acostamos con asesinos!" rechazan a los soldados.
Van presas.
Son las únicas voces de repudio en medio del silencio de la sociedad cómplice. Temiendo que el episodio se difundiera se las deja en libertad... total... era la opinión de cinco pobres mujeres.
Una fecha: 17 de Octubre de 1922. Un lugar: Puerto San Julián, Santa Cruz. Prostíbulo "La Catalana". Cinco mujeres: Consuelo García, 29 años, argentina, soltera; Ángela Fortunato, 31 años, argentina, casada; Amalia Rodríguez, 26 años, argentina, soltera; María Juliache, 28 años, española, soltera; Maud Foster, 31 años, inglesa, soltera; junto con Paulina Rovira, la dueña del prostíbulo encabezaron los que Osvaldo Bayer llamó "la única derrota de los vencedores".
Estas mujeres representan un grito de dignidad en medio de tanto horror, saludo en ellas a todas las mujeres, que contrariamente a lo que se piensa, dice y cree, han tenido un lugar de protagonismo esencial en todos los acontecimientos que han permitido el desarrollo de la sociedad que vivimos, nunca atras, siempre adelante o al lado, codo a codo con los hombres, eso es lo fundamental.
Saludos cordiales.
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