------------------------------------------------------------------------------------
ESTUDIO DE LOS VIRUS INFORMATICOS PARTE 1
Uno de los cambios más sorprendentes del mundo de hoy es la rapidez de las comunicaciones. Modernos sistemas permiten que el flujo de conocimientos sea independiente del lugar físico en que nos encontremos. Ya no nos sorprende la transferencia de información en tiempo real o instantáneo. Se dice que el conocimiento es poder; para adquirirlo, las empresas se han unido en grandes redes internacionales para transferir datos, sonidos e imágenes, y realizan el comercio en forma electrónica, para ser más eficientes. Pero al unirse en forma pública, se han vuelto vulnerables, pues cada sistema de computadoras involucrado en la red es un blanco potencial y apetecible para obtener información.
El escenario electrónico actual es que las organizaciones están uniendo sus redes internas a la Internet, la que crece a razón de más de un 10% mensual.
Al unir una red a la Internet se tiene acceso a las redes de otras organizaciones también unidas. De la misma forma en que accedemos la oficina del frente de nuestra empresa, se puede recibir información de un servidor en Australia, conectarnos a una supercomputadora en Washington o revisar la literatura disponible desde Alemania. Del universo de varias decenas de millones de computadoras interconectadas, no es difícil pensar que puede haber más de una persona con perversas intenciones respecto de una organización. Por eso, se debe tener nuestra red protegida adecuadamente.
Cada vez es más frecuente encontrar noticias referentes a que redes de importantes organizaciones han sido violadas por criminales informáticos desconocidos. A pesar de que la prensa ha publicitado que tales intrusiones son solamente obra de adolescentes con propósitos de entretenerse o de jugar, ya no se trata de un incidente aislado de una desafortunada institución. A diario se reciben reportes los ataques a redes informáticas, los que se han vuelto cada vez más siniestros: los archivos son alterados subrepticiamente, las computadoras se vuelven inoperativas, se ha copiado información confidencial sin autorización, se ha reemplazado el software para agregar "puertas traseras" de entrada, y miles de contraseñas han sido capturadas a usuarios inocentes. Los administradores de sistemas deben gastar horas y a veces días enteros volviendo a cargar o reconfigurando sistemas comprometidos, con el objeto de recuperar la confianza en la integridad del sistema. No hay manera de saber los motivos que tuvo el intruso, y debe suponerse que sus intenciones son lo peor. Aquella gente que irrumpe en los sistemas sin autorización, aunque sea solamente para mirar su estructura, causa mucho daño, incluso sin que hubieran leído la correspondencia confidencial y sin borrar ningún archivo.
De acuerdo a un estudio de la Consultora “Ernst and Young” abarcando más de mil empresas, un 20% reporta pérdidas financieras como consecuencia de intrusiones en sus computadoras. Ya pasaron los tiempos en que la seguridad de las computadoras era sólo un juego o diversión.
ESTUDIO DE LOS VIRUS INFORMATICOS PARTE 1
Uno de los cambios más sorprendentes del mundo de hoy es la rapidez de las comunicaciones. Modernos sistemas permiten que el flujo de conocimientos sea independiente del lugar físico en que nos encontremos. Ya no nos sorprende la transferencia de información en tiempo real o instantáneo. Se dice que el conocimiento es poder; para adquirirlo, las empresas se han unido en grandes redes internacionales para transferir datos, sonidos e imágenes, y realizan el comercio en forma electrónica, para ser más eficientes. Pero al unirse en forma pública, se han vuelto vulnerables, pues cada sistema de computadoras involucrado en la red es un blanco potencial y apetecible para obtener información.
El escenario electrónico actual es que las organizaciones están uniendo sus redes internas a la Internet, la que crece a razón de más de un 10% mensual.
Al unir una red a la Internet se tiene acceso a las redes de otras organizaciones también unidas. De la misma forma en que accedemos la oficina del frente de nuestra empresa, se puede recibir información de un servidor en Australia, conectarnos a una supercomputadora en Washington o revisar la literatura disponible desde Alemania. Del universo de varias decenas de millones de computadoras interconectadas, no es difícil pensar que puede haber más de una persona con perversas intenciones respecto de una organización. Por eso, se debe tener nuestra red protegida adecuadamente.
Cada vez es más frecuente encontrar noticias referentes a que redes de importantes organizaciones han sido violadas por criminales informáticos desconocidos. A pesar de que la prensa ha publicitado que tales intrusiones son solamente obra de adolescentes con propósitos de entretenerse o de jugar, ya no se trata de un incidente aislado de una desafortunada institución. A diario se reciben reportes los ataques a redes informáticas, los que se han vuelto cada vez más siniestros: los archivos son alterados subrepticiamente, las computadoras se vuelven inoperativas, se ha copiado información confidencial sin autorización, se ha reemplazado el software para agregar "puertas traseras" de entrada, y miles de contraseñas han sido capturadas a usuarios inocentes. Los administradores de sistemas deben gastar horas y a veces días enteros volviendo a cargar o reconfigurando sistemas comprometidos, con el objeto de recuperar la confianza en la integridad del sistema. No hay manera de saber los motivos que tuvo el intruso, y debe suponerse que sus intenciones son lo peor. Aquella gente que irrumpe en los sistemas sin autorización, aunque sea solamente para mirar su estructura, causa mucho daño, incluso sin que hubieran leído la correspondencia confidencial y sin borrar ningún archivo.
De acuerdo a un estudio de la Consultora “Ernst and Young” abarcando más de mil empresas, un 20% reporta pérdidas financieras como consecuencia de intrusiones en sus computadoras. Ya pasaron los tiempos en que la seguridad de las computadoras era sólo un juego o diversión.