vista y la vio, era tan espectacular. Sus ojos reflejaban una profunda
tristeza.
Sus ojos no podían dejar de advertir lo que ella transmitía;irradiaba una
belleza
y una sensualidad solo digna de una historia fatal escrita con la pluma
y sangre de su pasado en momentos de lucidez, solo podía contemplar
unicamente su monitor esperando a que apareciera ella radiante y
montada. Hasta que por fin llego el principe que tanto esperaba en su
coupe , fumando un habano bebiendo whisky y con un ramo de rosas en sus
manos. Sonriendo al nuevo amor tan esperado, cuando de repente, aparecio Mario Pergolini y dijo. me quede afónico, que tinelli busque