Se cuenta por La Rioja, que cuando el célebre , Paul Bocuse, probó este guiso en una conocida bodega, y tras repetir por tercera vez, dijo que un plato así debía representar a España en el mundo entero, porque era lo más sabroso que había probado en su vida.
Desde entonces se sirve a todas las visitas y en todas las bodegas, asegurando que fue precisamente en esa donde se produjo el gracioso incidente.
Su origen nadie lo puede asegurar porque en cualquier casa donde se comiese como dios manda, o sea nada, de mortadelas, filetitos, ni porquerías de esas que han criado tantos enclenques, se hacía este guiso (a partir del siglo XIX, claro, antes se haría con castañas porque España no comió patatas hasta la llegada de Napoleón) y, si la cocina contemporánea gallega se caracteriza por las patatas y los chorizos, pues la receta puede ser tan gallega como riojana.
INGREDIENTES
1 kilo de patatas
2 chorizos
1 cebolla
3 dientes de ajo
1Pimiento rojo y otro verde
1 puerro
1 cucharita de postre con pulpa de pimiento choricero
Ajo, perejil, orégano, laurel y guindilla o pimentón picante
sal y aceite
Puesta en marcha:
1. Limpieza: Las patatas se lavan, se pelan y cortan en cachelos. Los pimientos se lavan, se descorazonan y se cortan en tiras. La cebolla se pica fina y los ajos se parten al centro para quitarles el germen.
2. En la olla en que vamos a preparar el guiso, se ponen a dorar los ajos en un poco de aceite de oliva. Al tomar color, se agrega la cebolla y el pimiento, se deja freir hasta que empieza a tomar color y se añaden los chorizos partidos al medio, o sea, cuatro trozos en total.
3. Cuando todo el sofrito tenga un bonito color rojizo, se añaden las patatas y se remueve todo para que se impregnen de sabor y, acto seguido, se cubren de agua , se añade el pimentón, la pulpa y las especias y se llevan a hervir rápidamente. Entonces se baja el fuego y se deja que sigan haciéndose a fuego medio, más bien alegre, porque aunque se rompa alguna, no pasa nada.
Terminación del plato:
Siempre recomiendo que los guisos deben reposar, incluso de un día para otro, en este caso sin embargo no es conveniente porque las patatas se deben tomar sobre la marcha, si acaso se puede dejar reposar un par de horas para que espese un poco el caldo, pero nada más.
Guarniciones:
Si queremos seguir la costumbre riojana, este guiso se debe servir acompañado de guindillas verdes en vinagre (piparras), servidas aparte en una fuente y que cada comensal va pinchando y comiendo entre cucharada y cucharada de guiso.
Que aproveche! es un plato realmente exquisito.